domingo, 23 de mayo de 2010

Sin límites

(...)Vivió el 11 de Septiembre de 2001; tenia 22 años cuando tubo lugar. Dice que lo que fue realmente fuerte fue ver en directo la colisión del segundo avión. Siempre se preguntaba: "¿El segundo avión tardó en chocar el tiempo necesario para que todas las televisiones pudiesen informar de la colisión del primer avión? ¿O lo debía hacer en el mismo momento que el primer avión pero se retrasó?". Esto le preocupaba enormemente. Quería saber si realmente los artífices de aquel atentado querían que todo el mundo conectase los televisores y viesemos el segundo impacto o si había sido una casualidad macabra. Y a veces, él mismo se respondía: "Si es el primer caso, la maldad humana no tiene limites". Y os juro que sus ojos se inundaban de tristeza extrema.(...)

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